jueves, 21 de octubre de 2010

Crisis.

Cuando la madrugada floreció, descubrí que sin ti me alcanzó la crisis. Mi lanificio tuvo que ser clausurado, pues los ovinos se revelaron uno a uno, argumentando que - por soñarte - abandoné mi vicio de pintar la cerca mientras los veía saltar. Los cigarrillos decidieron hacer una pira funeraria con tu recuerdo. Votaron, por decisión unánime, a favor de tu destierro.  El café y el alcohol, los más fieles compañeros, se amotinaron en los estantes de la cocina. Hicieron una trinchera detrás del polvo y las especias, mantienen cautivos al sacacorchos y la cafetera, pidiendo un recate que no puedo pagar. El bolígrafo se vistió con faltas de ortografía y luce, con la elegancia de una prostituta, un tapón mordido y un verso olvidado. Por tanto sentimiento, hay escasez de verbo, ausencia de sustantivos y yo no puedo adjetivar . Me di cuenta que la maldita crisis vino a quebrar hasta los astros que, por culpa de mis frecuentes despilfarros en los viajes al abismo de tu amor, pusieron en el cielo encapotado un letrero: “Cerrado por remodelación”. Hay crisis en el mundo y yo solo ansío tu regreso para resolver el conflicto de mi corazón. 

2 comentarios:

  1. todos tenemos derecho a nuestras crisis. es natural, al igual de natural es intentar resolverlas. Bonito texto.

    ResponderEliminar
  2. Un poco tarde, pero gracias por el comentario David.

    ResponderEliminar